Oír no es lo mismo que escuchar

Mi nombre es Ana, soy la directora técnica de Optica Tonos. Este es el primer post del blog y he decidido hacerlo de un tema de audición. Pero no voy a hablar de pérdida auditiva sino del trastorno de procesamiento auditivo.

Una de las cosas que me encuentro más frecuentemente cuando los niños vienen a hacer una consulta visual es un problema auditivo.

Cuando intento explicar a los padres que es probable que se esté dando un problema auditivo, me miran con cara de susto e inmediatamente me dicen que oye muy bien, de más.

Y esta, a veces,  es la cuestión, es muy probable que oigan de más porque no filtran la información que reciben, o de menos porque la bloquean.

Por esto voy a dejar claro que un niño puede tener una audiometría en valores normales pero tener muchas dificultades para entender lo que le dicen o para concentrarse en el mensaje sonoro que le llega.

A este desorden se la llama trastorno del procesamiento auditivo.

Los personas con TPA tienen normalmente una audición dentro de la norma pero se da una disfunción en las vías que van desde el oído hasta  el cerebro. Este procesamiento anómalo hace que estos niños tengan un bajo rendimiento en áreas de atención, discriminación, reconocimiento y comprensión de la información de origen auditivo. Es decir, tienen dificultad para darle sentido a los sonidos que escuchan.

Cuando un niño tiene un problema de procesamiento auditivo, este problema, a menudo, está presente desde la primera infancia y esto le va ocasionando problemas en algunas áreas de aprendizaje, sobre todo a medida que aumenta la complejidad de los mensajes.

El otro día en una evaluación de visuopercepcion a un niño muy salao con problemas de lectura le dije: "Te ha salido de chiripa". Y el me contesto: "Sí, tengo mucha suerte y me salen las cosas de chilipa”. Esto en una sala insonorizada y en un mensaje emitido en ambiente silencioso a un volumen adecuado. ¿Se pueden imaginar a este niño intentando seguir un dictado en una clase llena de ruido? La madre me confirmó que, con frecuencia, cambia algunos fonemas y que además tenía un historial con otitis de repetición.

Los trastornos de procesamiento auditivo pueden afectar el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación, así como a la lectura y la ortografía, pudiendo estar asociado a la dislexia y/o a problemas a la hora de hablar y comprender el lenguaje.

Es importante concienciarnos de que oír no es lo mismo que escuchar y que para que un niño pueda leer y escribir necesita decodificar correctamente el mensaje. Si se da un problema en el procesamiento auditivo la tarea se le hace dificilísima al niño.

Aunque todavía se sabe poco del origen de este trastorno, si observamos determinados síntomas es recomendable hacer una evaluación del proceso de audición.

En caso de un diagnostico de TPA es posible estimular con distintos programas de neuroestimulación auditiva, realizar intervenciones terapéuticas, asesorar a los padres  y preparar adaptaciones en el entorno escolar y de aprendizaje para mejora en lo posible el rendimiento del niño.

Además, una vez conocido el problema, muchos comportamientos del niño serán vistos desde otro punto de vista y mejorarán la relación con los otros y la autoestima del niño, que a veces es tildado de desobediente, despistado ,etc.