La hipoacusia es la pérdida parcial de la capacidad de oír. Esta pérdida puede ser desde leve hasta profunda y puede provocar que la persona no pueda oír parte de la señal del habla, lo que hace que esta deje de ser inteligible y dificulta la comunicación.
Las causas más comunes de la pérdida de audición son el ruido y el envejecimiento. La pérdida de audición es una consecuencia natural del envejecimiento. La capacidad de audición empeora a partir de los 30-40 años y al alcanzar los 80, más de la mitad de las personas sufren una pérdida de audición significativa. La pérdida de audición relacionada con la edad se conoce como Presbiacusia.
Otra causa muy común de la pérdida de audición es la exposición a ruido.
Se da por un proceso gradual inducido por una exposición a sonidos excesivamente altos durante largos periodos de tiempo, por ejemplo, en el entorno laboral o al escuchar música alta en conciertos o a través de auriculares. Aunque también puede producirse por la exposición a un ruido agudo y de gran intensidad como el producido por un disparo, las sirenas o los fuegos artificiales.
La pérdida auditiva puede ser de nacimiento o puede desarrollarse de manera gradual o bruscamente. Según el lugar del oído que haya sido afectado, las pérdidas pueden ser neurosensoriales (si lo que está afectado es la cóclea o el nervio auditivo) o conductivas (cuando hay un factor que bloquea el paso del sonido en el canal auditivo o en el oído medio, esto impide o reduce la capacidad de conducir el sonido al oído interno). En la perdida de audición mixta se da una combinación de ambas circunstancias.
Otros problemas asociados a veces con la pérdida auditiva son el tinitus, la enfermedad de Ménière (con la sensación intermitente de vértigo, pérdida auditiva y tinnitus), o el trastorno del procesamiento auditivo (la reducción en la habilidad de procesar señales sonoras en ciertas partes del sistema auditivo central).
Usualmente las hipoacusias neurosensoriales no se tratan con fármacos o con una intervención quirúrgica. La recomendación es el uso de audífonos.
Si nota dificultad para entender las conversaciones en lugares ruidosos o en grupo, tiene que poner el volumen del televisor más alto que el resto de la familia, o, a menudo pide que le repitan los mensajes, es muy probable que necesite audífonos.
Generalmente, con umbrales auditivos superiores a 25-30 db. en frecuencias conversacionales, está indicado el uso de audífonos, si bien otros factores como la edad, el estilo de vida o las exigencias profesionales pueden hacer que personas con pérdidas auditivas más ligeras ó selectivas puedan beneficiarse también de la amplificación.
Nuestro objetivo es prevenir el deterioro auditivo mediante la detección precoz y posibilitar a cada persona su nivel auditivo óptimo.
Una causa muy común de las pérdidas auditivas neurosensoriales es que las células ciliadas externas han sufrido daños. La lesión en estas células resulta en una reducción en la sensibilidad a los sonidos débiles y en una menor habilidad para distinguir entre varios sonidos del habla.
Además como consecuencia de esta lesión en las células del órgano auditivo se da una alteración que denominamos reclutamiento auditivo, es un fenómeno por el cual una persona con una hipoacusia neurosensorial percibirá como molestos ruidos completamente tolerables para un normoyente.
Es por tanto importante valorar la presencia de este fenómeno, a fin de poder asesorar a los pacientes de las características mas adecuadas del dispositivo que van adquirir, para evitar problemas de adaptación.
El servicio de audiología de Óptica Tonos en Cuenca, tiene como objetivo atender las necesidades de las personas con problemas auditivos (hipoacusia, presbiacusia, tinnitus o acúfenos, problemas del procesamiento auditivo,etc) mejorando su calidad de vida al restaurar su audición de la forma más natural posible.
Contamos con audioprotesistas titulados, altamente cualificados, con amplia experiencia profesional, que se encargarán de una adaptación óptima de los audífonos para que el paciente alcance unos niveles de audición que faciliten la comunicación en su vida tanto a nivel personal como profesional.
Después de realizar una anamnesis completa de paciente se realiza un estudio completo de la audición mediante las siguientes pruebas:
- Verificación del estado del conducto por medio de una otoscopia.
- Evaluación del estado del oído medio mediante una timpanometria.
- Audiometría tonal liminar ósea.
- Audiometría tonal liminar aérea.
- Logo audiometría.
- Audiometrías supra liminares y/u otros test para valorar el reclutamiento.
- Pruebas de procesamiento central mediante test homologados en caso de sospecha de TPA.
Una vez realizadas las pruebas se explica al paciente las características de su pérdida auditiva.
En caso de necesitar audífonos se le informa de las características de las distintas opciones disponibles, tecnología, tamaño, formatos, costo, garantías y opciones de financiación .
Hoy en día gracias a la digitalización y a los avances tecnológicos podemos decir que el porcentaje de adaptaciones de audífonos con éxito es altísimo. Es importante , eso si ,realizar un estudio preliminar completo para garantizar el éxito de la adaptación y la mejoría en la calidad de vida del paciente.
Aunque una pérdida auditiva se puede dar en un solo oído , lo más habitual es tener los dos oídos afectados en mayor o menor grado (pérdida bilateral). Lo más recomendable es llevar un audífono cuando la pérdida es unilateral y dos audífonos cuando la pérdida es bilateral.
Oír con ambos oídos es lo que denominamos audición binaural. La audición binaural hace que sea más fácil oír los sonidos del entorno, distinguirlos en lugares ruidosos y entender mejor el habla. Y lo más importante: los dos oídos nos ayudan a determinar la ubicación de los sonidos. Esto significa que podemos localizar con exactitud un sonido aunque se produzca a mucha distancia.
La audición binaural nos proporciona una calidad de sonido mejor en lo que se refiere a nitidez, matices, localización en el espacio y calidad general.